El programa «Yo Tengo Una Voz» continúa siendo un espacio de referencia para el público conservador y pensante de Puerto Rico y el mundo. En la edición más reciente, la anfitriona Olga, junto a su coanfitrión Angelito, dieron la bienvenida a los espectadores con su estilo inconfundible, saludando tanto a los seguidores como a los detractores, siempre con la premisa de la sinceridad y la franqueza que los caracteriza.
Desde el inicio del programa, se resaltó la importancia de la transmisión a través de múltiples canales de televisión y plataformas digitales, alcanzando una audiencia mundial gracias a la señal de Roku y la radio 1520 AM. Olga enfatizó que el programa es una ventana abierta para aquellos que buscan información veraz y sin manipulación, y un espacio donde la voz del pueblo es tomada en cuenta.
Uno de los segmentos más impactantes fue la intervención del «Reportero del Pueblo», quien dio seguimiento a denuncias comunitarias. Se destacó la solución de un problema de infraestructura en la calle Loíza y la respuesta de la alcaldía ante una denuncia ciudadana. Asimismo, se presentó el caso de José Serrano, un ciudadano ciego que, gracias a la visibilización de su caso en Tiva TV, logró obtener ayuda de la alcaldesa de Gurabo para su transportación a citas médicas esenciales.
En la segunda parte del programa, se abordó el fenómeno de La Comay, un personaje mediático que ha generado impacto en el periodismo investigativo de Puerto Rico. Con la participación de Ray Cruz y la psicóloga Angie González, se analizó el papel de La Comay como voz alternativa frente a los medios tradicionales, su credibilidad, y su impacto en la política y sociedad. Se enfatizó cómo La Comay ha servido de catalizador para revelar casos de corrupción y denunciar hechos que, de otro modo, hubieran pasado desapercibidos.
A lo largo del debate, se plantearon preguntas clave: ¿Es La Comay un personaje morboso o necesario? ¿Ha destruido relaciones o simplemente ha sacado a la luz verdades ocultas? La respuesta fue contundente: La Comay ha sido un canal de fiscalización que ha llenado el vacío dejado por los medios convencionales, quienes han sido señalados por su falta de imparcialidad y agenda política. Además, se discutió la importancia de que los comunicadores conservadores ocupen estos espacios y eleven su voz ante la manipulación mediática.
El programa cerró con un mensaje motivador a la audiencia: la verdad debe prevalecer y la comunicación independiente debe fortalecerse. Olga y Angelito exhortaron a los espectadores a seguir enviando sus denuncias y a mantenerse informados con medios alternativos que buscan la verdad y no la imposición de una agenda política.