“¿Qué Está Provocando el Autismo?

Avatar photo

ByTIVA

13 mayo 2025
“¿Qué Está Provocando el Autismo?

Kennedy Jr. comienza investigación y enfrenta el muro del silencio farmacéutico

Por José Joe Vargas:

Corporaciones y organizaciones intentan criticar a Kennedy por ordenar una investigación federal que identifique las causas del autismo. Este fin de semana aumentó la controversia generada por las iniciativas de Robert F. Kennedy Jr., quien como Secretario de Salud de EE.UU., comenzó a investigar las causas del autismo, reavivando la pregunta: ¿Existen intereses que buscan limitar la investigación sobre este trastorno?
La resistencia encontrada por Kennedy está demostrando la intervención de organizaciones y corporaciones que pretenden evitar que se evalúen factores farmacéuticos, alimenticios y/o ambientales que contribuyen al aumento en los diagnósticos de autismo.

Robert F. Kennedy Jr. ha propuesto crear una base de datos nacional para rastrear factores relacionados con esta condición, un esfuerzo que hoy intenta ser criticado por diversos grupos, que en vez de proporcionar críticas que mejoren la investigación, parecen intentar ocultar las razones por las que ha aumentado el autismo, pareciendo temer que el Gobierno Federal descubriera algo que buscan invisibilizar.


¿Por qué las administraciones anteriores intentan inhabilitar la investigación del autismo?

Es probable que las razones para ocultar lo que está provocando el autismo sean:

  1. Protección de la industria farmacéutica:
    Una conexión comprobada entre ciertos componentes ambientales (incluyendo posiblemente ingredientes vacunales) y el autismo podría tener implicaciones legales y económicas devastadoras para las farmacéuticas.

  2. Evitar el pánico social ante posibles contaminantes ambientales:
    La revelación de que factores ambientales comunes podrían contribuir al autismo en territorio americano podría generar pérdida de confianza en las autoridades sanitarias.

  3. Protección de programas de vacunación:
    Cualquier duda sobre la seguridad de las vacunas, aunque fuera limitada a componentes específicos, podría darle conocimiento a los pacientes de los riesgos que pueden tener estos productos que han sido promocionados como 100% seguros, mientras que la realidad no es esa.


La negligencia de los gobiernos anteriores

Durante décadas, las administraciones de Estados Unidos han fallado en implementar campañas continuas para identificar las causas del autismo, a pesar de que los diagnósticos han aumentado dramáticamente desde 1 en 150 niños en 2000 a 1 en 36 en 2023, según los CDC.
Esta inacción refleja un abandono sistemático de la responsabilidad de proteger a los niños estadounidenses. Mientras países como Dinamarca y Noruega, con sistemas de salud centralizados, han logrado recopilar datos longitudinales que permiten rastrear tendencias en el autismo, Estados Unidos, con su sistema de salud fragmentado, no ha establecido mecanismos similares.
La falta de una base de datos integral para estudiar factores genéticos, ambientales y sociales relacionados con el autismo es una evidencia clara de la desidia gubernamental.


¿Qué no se ha investigado por el Gobierno Federal que pudiera estar causando el autismo?

Además de los factores genéticos y la necesidad de mejorar los diagnósticos para evitar errores en identificar el impedimento, que pudiera ser parte del motivo del aumento de algunos casos hoy incluidos en esa población, existe evidencia emergente que sugiere que la exposición a disruptores endocrinos y contaminantes ambientales podría estar contribuyendo al aumento en los diagnósticos de autismo. Aquí algunos datos clave:

1. Glifosato y herbicidas

  • La científica Stephanie Seneff del MIT ha propuesto una correlación entre el aumento del uso de glifosato (ingrediente activo del herbicida Roundup) y la prevalencia del autismo. Según su investigación, el glifosato podría alterar la microbiota intestinal y afectar rutas metabólicas clave, vinculadas a síntomas autistas.

  • Aunque su teoría es controvertida y criticada por falta de evidencia directa, estudios señalan que el glifosato se detecta en orina y sangre de embarazadas en niveles 10 veces mayores en EE.UU. que en Europa, coincidiendo con tasas más altas de autismo.

2. Contaminantes del aire y metales pesados

  • Investigaciones citadas por los CDC mencionan que factores como la exposición prenatal a pesticidas y metales pesados (plomo, mercurio) podrían interactuar con predisposiciones genéticas, aumentando el riesgo.

  • Un estudio en The Lancet Psychiatry (2024) destacó que regiones con alta polución atmosférica muestran mayores tasas de TEA, sugiriendo un vínculo con toxinas que afectan el neurodesarrollo fetal.

3. Plásticos y ftalatos

  • Compuestos como los ftalatos (presentes en envases y cosméticos) son disruptores endocrinos que alteran hormonas tiroideas, cruciales para el desarrollo cerebral. Datos epidemiológicos muestran que madres expuestas a estos químicos durante el embarazo tienen mayor probabilidad de tener hijos con TEA.

4. Epigenética y estrés oxidativo

  • La Dra. Helen Tager-Flusberg (Universidad de Boston) señala que factores ambientales como infecciones maternas o estrés oxidativo podrían activar cambios epigenéticos en genes asociados al autismo, incluso sin mutaciones directas.

También expertos como David Amaral, director científico de Autism BrainNet, han señalado que comprender las alteraciones en la estructura cerebral requiere estudiar tejido cerebral post mortem, pero los esfuerzos para financiar y expandir estas investigaciones han sido insuficientes.
Autism BrainNet, financiado por la Fundación Simons, ha recolectado solo 400 cerebros, un número limitado que no refleja la magnitud de la crisis.
La ausencia de una campaña nacional para fomentar la donación de tejidos o para financiar estudios a gran escala es un reflejo del desinterés de los gobiernos anteriores por abordar las causas subyacentes del autismo.


Factores ambientales: un área desatendida

Aunque los investigadores han identificado factores como la edad paterna, complicaciones maternas durante el embarazo y el nacimiento prematuro como posibles contribuyentes al riesgo de autismo, la investigación sobre factores ambientales ha sido insuficiente.
Un estudio publicado en Environmental Health Perspectives (2019) encontró asociaciones entre la exposición a ciertos contaminantes ambientales, como pesticidas y metales pesados, y un mayor riesgo de autismo, pero estos hallazgos no han sido investigados a fondo por agencias federales, lo que aumenta la posibilidad de un encubrimiento por parte del gobierno para ocultar prácticas en las que haya participado el propio gobierno.
La falta de una campaña sostenida para estudiar estas influencias ambientales refuerza la crítica de Kennedy de que el gobierno no ha priorizado la búsqueda de las causas del autismo.


El plan de base de datos de Kennedy: un paso hacia la justicia

El plan de Kennedy para crear una base de datos nacional permitirá recopilar información crítica sobre el acceso a servicios, la efectividad de los tratamientos y las tendencias epidemiológicas.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) han reconocido que esta base de datos será útil para estudiar el acceso a la atención y la efectividad de las intervenciones, lo que demuestra su relevancia.

Además, la base de datos propuesta por Kennedy podría sentar las bases para integrar datos genéticos y ambientales en el futuro, algo que los gobiernos anteriores nunca intentaron.
En comparación, países como Dinamarca han utilizado bases de datos nacionales para identificar patrones en los diagnósticos de autismo, lo que sugiere que un enfoque similar en Estados Unidos podría ser transformador.
La crítica de que el sistema de salud estadounidense es demasiado fragmentado para implementar este tipo de iniciativas ignora el hecho de que la falta de acción gubernamental es precisamente lo que ha perpetuado esta fragmentación.

Avatar photo

ByTIVA