Por José Joe Vargas
Palantir Technologies, cofundada por el multimillonario tecnológico Peter Thiel y liderada por el CEO Alex Karp, se ha consolidado como una de las empresas más enigmáticas y controversiales de Silicon Valley. Su exclusividad proviene de la invención de avanzados programas diseñados para lograr la hipervigilancia y construir archivos digitales de las personas, con el propósito de analizar sus metadatos y predecir el comportamiento de aquellos a quienes vigila.
Mientras continúa firmando millonarios contratos con el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, las acciones de Palantir han subido más de un 1,700 % desde su salida a la Bolsa de Nueva York en septiembre de 2020, gracias a su controversial software de inteligencia artificial especializada en análisis predictivo de datos. Esta es una tecnología que genera preocupación al ser los responsables de la evolución de la tecnología con que se comete el espionaje doméstico en la actualidad.
En este reportaje profundizaremos en los contratos multimillonarios de Palantir que lo están convirtiendo en la empresa más poderosa del mundo, por su contribución a la hipervigilancia y la amenaza que representa para la privacidad, las libertades civiles y cómo deteriora el derecho natural a la intimidad que merecen tener todos los humanos.
El Estado Tecnócrata que promueve Palantir
Lo más oscuro de Palantir es que, además de desarrollar tecnología con la que se vulneran los derechos a la privacidad de todos los estadounidenses, invierten capacidades para promover ideologías tecnócratas como lo es el desarrollo y difusión del concepto de “estado tecno”.
Este término, promovido por Palantir y descrito por su codueño Alex Karp en su libro La República Tecnológica, aboga por una alianza entre la tecnología y el poder estatal para fortalecer la hegemonía de Occidente, particularmente de EE.UU. Según Karp, el estado tecno implica utilizar software avanzado para hacer que las instituciones sean “las mejores del mundo”, optimizando la seguridad, la defensa y la eficiencia gubernamental, incluso a costa de “asustar o, en ocasiones, eliminar enemigos”, según el CEO de Palantir.
En esta visión presentan la tecnología como una herramienta para consolidar el poder militar y político, buscando priorizar la “superioridad innata de Occidente” y tratando a los demás países como inferiores. Esto pudiera estar vinculado a la ideología que parece favorecer el presidente Trump en su política pública.
El apoyo de Donald Trump a esta visión ha sido evidente en su alianza y aumento de contratos con Palantir. En marzo de 2025, Trump firmó una orden ejecutiva que obliga a todas las agencias federales a compartir datos con esta empresa, desde registros fiscales hasta información de salud e inmigración, utilizando la plataforma Foundry de Palantir para integrarlos.
Esta iniciativa busca crear una base de datos centralizada que optimice la vigilancia y la toma de decisiones, alineándose con la visión de Karp de un estado tecno eficiente y poderoso. Además, los lazos de Palantir con la administración Trump, fortalecidos por la relación de Peter Thiel con Trump y el vicepresidente JD Vance, han facilitado contratos federales sin precedentes. Como señaló el exejecutivo Michael McGrath: “Las conexiones políticas con Thiel y Musk hacen que los acuerdos se concreten más rápido”. Esto señala un posible conflicto de interés que, en consecuencia, amplía el monitoreo indebido de las familias en la privacidad de sus hogares.
Los Contratos Multimillonarios de Palantir
El modelo de negocio de Palantir se basa en contratos multimillonarios con agencias gubernamentales, fuerzas armadas y grandes corporaciones. Sus plataformas principales —Gotham y Foundry— permiten procesar y analizar inmensos volúmenes de metadatos mediante su propio sistema de inteligencia artificial predictiva, cuyo propósito es anticipar las acciones de los individuos antes de que las lleven a cabo.
Entre los contratos más destacados se encuentran:
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Contrato de $30 millones con ICE para “ImmigrationOS”:
Palantir firmó un contrato con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE) para desarrollar una plataforma de vigilancia que ayuda a seleccionar objetivos de deportación y rastrear autodeportaciones. -
Proyecto Mega API con el IRS:
Palantir colabora con el Servicio de Impuestos Internos (IRS) en un proyecto de unificación de datos conocido como “Mega API”, que busca consolidar bases de datos dispares y mejorar las capacidades de fiscalización tributaria mediante análisis avanzados. -
Contratos con el Departamento de Defensa de EE.UU. y militares:
Palantir trabaja con el ejército estadounidense y sus aliados, incluido el ejército israelí, proporcionando herramientas para inteligencia y operaciones letales. -
Alcance global:
Más allá de EE.UU., Palantir ha asegurado contratos con naciones aliadas como el Reino Unido, alineándose con su misión de reforzar los “valores occidentales” a través de la tecnología.
Desde su salida a bolsa en 2020, las acciones de Palantir han crecido casi un 2,500 %, reflejando su creciente dominio y la confianza del mercado en su flujo de ingresos respaldado por gobiernos.
El Arquitecto de la Hipervigilancia
La plataforma Gotham está diseñada para agencias de inteligencia y fuerzas del orden, permitiéndoles ingerir, analizar y mapear relaciones a partir de diversas fuentes de datos. Su capacidad para procesar información como supuestas afiliaciones a pandillas o identificadores personales como tatuajes lo ha convertido en una piedra angular de la vigilancia moderna.
Por su parte, Foundry optimiza operaciones de datos corporativos, pero sus aplicaciones gubernamentales a menudo se superponen con las de Gotham. Juntas, amplifican las capacidades de agregación de datos a niveles alarmantes, generando lo que los críticos denominan “hipervigilancia”.
Este poder invasivo, combinado con la falta de transparencia que caracteriza a la empresa, ha generado temores sobre el potencial de abuso, especialmente en contextos de espionaje doméstico.
La Amenaza del Hiperespionaje Doméstico
Palantir no solo facilita la hipervigilancia, sino que es un actor clave en la expansión del preocupante espionaje doméstico que se intenta normalizar. Sus contratos con agencias como ICE y el IRS demuestran cómo sus plataformas se usan para vigilar a ciudadanos hasta en la privacidad de sus hogares.
La empresa, que históricamente ha evadido el escrutinio público, cultiva un aura de misterio que dificulta la rendición de cuentas. Un ejemplo notable fue el incidente en el que una periodista de WIRED, Caroline Haskins, fue expulsada de un stand de Palantir en una conferencia sin explicación.
La visión de sus fundadores, Peter Thiel y Alex Karp, de un “estado tecno” que prioriza la hegemonía tecnológica y militar de Occidente, refuerza su promoción en la normalización de la hipervigilancia. Incluso, la retórica interna de la empresa, inspirada en El Señor de los Anillos, refleja una mentalidad que ve la tecnología como una herramienta para consolidar el poder a expensas de la privacidad individual.
Resolución
Palantir Technologies es el epicentro de un nuevo paradigma de control, donde el verdadero peligro no radica solo en el volumen de datos personales que procesa, sino en la mentalidad que sustenta este modelo: la idea de que la superioridad tecnológica justifica sacrificar derechos fundamentales.
Bajo la ideología de Palantir, todos los ciudadanos son tratados como potenciales sospechosos, y sus vidas quedan reducidas a patrones de datos que pueden ser manipulados por quienes tienen el poder político o corporativo.
La instauración de este “estado tecno” amenaza con consolidar una forma de autoritarismo, donde el control no se ejerce con tanques en las calles, sino con algoritmos que vigilan conversaciones, rutinas y emociones.
Si la sociedad permanece indiferente, estaremos permitiendo que la libertad sea desmantelada pieza por pieza, hasta que lo privado deje de existir como concepto real.
Esto abre la puerta a una tiranía digital, donde los softwares ponen en manos del Estado el control de las familias basándose en lo que las máquinas observan en la intimidad.
El debate ya no es si necesitamos más seguridad o tecnología, sino reconocer que el crecimiento comercial de Palantir está sucediendo a cuestas de que el Gobierno entrega, sin consentimiento, nuestra autonomía humana al apropiarse de nuestra privacidad.
Por ello, se exhorta a la ciudadanía a tener en cuenta el desarrollo comercial y social de esta empresa para ampliar la discusión pública sobre el tema de la hipervigilancia.

