El presidente Donald Trump anunció la revocación de la autorización de seguridad y el cese de las sesiones informativas diarias de inteligencia para el exmandatario Joe Biden. Trump justificó esta decisión citando un informe del fiscal especial Robert Hur, que describía a Biden como un «hombre bien intencionado, anciano y con mala memoria», sugiriendo preocupaciones sobre su capacidad para manejar información sensible.
Esta acción refleja una reciprocidad política, ya que en 2021, Biden había tomado una medida similar al bloquear el acceso de Trump a información de seguridad nacional, argumentando preocupaciones sobre su comportamiento errático tras las elecciones de 2020 y el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
Tradicionalmente, los expresidentes continúan recibiendo ciertas sesiones informativas de inteligencia como una cortesía. Sin embargo, la revocación de estos privilegios por parte de Trump hacia Biden marca una desviación de esta práctica. Hasta el momento, Biden no ha emitido comentarios sobre esta decisión.
Algunos analistas interpretan esta medida como una posible preparación por parte de Trump para presentar evidencia contra Biden o su administración, o como una respuesta a preocupaciones de que Biden y su equipo podrían estar filtrando información a destinatarios no autorizados. No obstante, hasta ahora no se han presentado pruebas concretas que respalden estas especulaciones.