El trágico accidente ocurrido el 29 de enero de 2025, en el que un avión de American Airlines colisionó con un helicóptero Black Hawk sobre el río Potomac cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan en Washington D.C., ha generado numerosas interrogantes sobre las causas del siniestro. Según la información disponible hasta el momento, el vuelo 5342 de American Eagle, operado por un Bombardier CRJ-700, se encontraba en su ruta correcta y seguía las instrucciones de la torre de control sin desviaciones. Las condiciones meteorológicas eran óptimas, sin factores que afectaran la visibilidad. Además, se ha señalado que el helicóptero no era visible desde el ángulo y altura del piloto del avión.
En este contexto, es pertinente analizar las posibles causas restantes, que podrían involucrar una responsabilidad voluntaria o involuntaria del piloto del helicóptero, errores en la torre de control o una combinación de ambos.
Responsabilidad del piloto del helicóptero:
Según las comunicaciones entre la torre de control y el piloto del helicóptero, el controlador aéreo preguntó al piloto del Black Hawk si tenía a la vista al avión que estaba por aterrizar, a lo que el piloto respondió afirmativamente. Posteriormente, el controlador instruyó al helicóptero a pasar detrás del CRJ (el avión de American Airlines). Sin embargo, instantes después, ocurrió la colisión.
Este intercambio sugiere que el piloto del helicóptero tenía la responsabilidad de mantener una separación visual segura con el avión. La confirmación de tener al avión en visual y la instrucción de pasar por detrás implican que el piloto del helicóptero debía maniobrar para evitar cualquier conflicto. La falta de acción efectiva para mantener esta separación podría indicar un error humano por parte del piloto del helicóptero.
Posible error de la torre de control:
Aunque las comunicaciones indican que la torre de control proporcionó instrucciones al helicóptero y confirmó que el piloto tenía al avión en visual, es esencial evaluar si hubo alguna deficiencia en la gestión del tráfico aéreo. Por ejemplo, si las instrucciones fueron claras y oportunas, y si se realizó un seguimiento adecuado de la situación para garantizar la separación entre las aeronaves. Sin embargo, con la información disponible actualmente, no hay evidencia concreta de errores por parte de la torre de control.
Interacción del helicóptero Black Hawk con la torre de control:
En operaciones aéreas dentro del espacio aéreo controlado, es estándar que todas las aeronaves, incluidas las militares, mantengan comunicación con la torre de control correspondiente. En este caso, el helicóptero Black Hawk estaba en un vuelo de entrenamiento y mantenía comunicación con la torre de control del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan. Las grabaciones de audio confirman esta interacción, donde el controlador aéreo y el piloto del helicóptero intercambiaron información sobre la posición y movimientos de las aeronaves involucradas.
Conclusión:
Basándonos en la información disponible, la colisión parece haber sido resultado de una falla por parte del piloto del helicóptero, quien, a pesar de haber confirmado tener al avión en visual, no logró maniobrar adecuadamente para evitar la colisión. Aunque no se descarta completamente la posibilidad de errores en la torre de control, las evidencias actuales apuntan principalmente a una responsabilidad del piloto del helicóptero. Es importante señalar que las investigaciones oficiales aún están en curso, y conclusiones definitivas dependerán de análisis más detallados por parte de las autoridades competentes.