Cada vez que los representantes del Departamento de Salud convocan una conferencia de prensa, el mensaje es el mismo: la gente está más enferma y hay un aumento de casos de influenza, gripe, COVID, micoplasma o cualquier otra enfermedad de moda. Pero si malo es que estos anuncios confirman el fracaso de la agencia en mantener a la población saludable, peor aún es que mantienen el mismo libreto con consejos inútiles que, a juzgar por los resultados que ellos mismos reportan, no ayudan en nada al público.
El verdadero problema es que, en lugar de educar a la población sobre cómo mantenerse saludable a través de una alimentación balanceada y un estilo de vida adecuado, priorizan el uso de drogas y productos farmacéuticos. TODOS los productos farmacéuticos se centran en tratar síntomas en lugar de abordar las causas, y TODOS tienen efectos adversos, por lo que no deberían ser la base de una estrategia de prevención.
¿Por qué el Departamento de Salud enfatiza tanto estos productos? Solo podemos especular. Las razones pueden ir desde mera incompetencia hasta corrupción. Las farmacéuticas ya invierten millones en publicidad; la intervención del gobierno en la promoción de estos productos solo les otorga legitimidad y transfiere la responsabilidad de los daños a la administración pública. Es notable que, aunque las farmacéuticas incluyen advertencias sobre los efectos adversos en sus anuncios y empaques, cuando el gobierno recomienda estos mismos productos, omite tales advertencias. Esto permite que médicos y ciudadanos solo escuchen los supuestos beneficios sin ser informados de los riesgos.
En otras palabras, el Departamento de Salud y sus funcionarios están omitiendo información crucial, lo que impide que los ciudadanos tomen decisiones con un consentimiento informado. Como resultado, el público es manipulado para usar productos que podrían perjudicarles, mientras que las farmacéuticas quedan protegidas de cualquier responsabilidad legal, ya que fue el gobierno quien brindó información incompleta y engañosa.
¿Por qué el gobierno actúa de esta manera? Precisamente esto es lo que Robert F. Kennedy Jr. ha prometido investigar. El recientemente confirmado Secretario de Salud ha expresado su intención de indagar en las conexiones entre la industria farmacéutica y funcionarios de salud, políticos y periodistas. No hace falta mucha imaginación para ver cómo el enorme poder económico de las farmacéuticas puede infiltrar y manipular a estos actores clave. Más allá de los periodistas, la mayoría de los canales de televisión, estaciones de radio y prensa escrita dependen casi por completo de la publicidad de esta poderosa industria, lo que les impide cuestionarla o desafiar su narrativa.
Es lamentable ver cómo profesionales que deberían representar al pueblo a través del Departamento de Salud se han convertido en meros propagandistas de la industria farmacéutica. En muchos casos, lo único que les falta es usar gorras y camisetas con los logos de las farmacéuticas. Tal vez si lo hicieran, al menos serían un poco más honestos.
Conclusión:
El que mantiene al pueblo enfermo cuida de la salud económica de las farmacéuticas. Mientras más dependiente sea la población de los medicamentos y las vacunas, mayores serán las ganancias de esta industria y más poder acumularán sobre las decisiones de salud pública. Es momento de cuestionar si realmente las estrategias promovidas por el Departamento de Salud buscan el bienestar del pueblo o si simplemente perpetúan un sistema diseñado para mantener a la población enferma y dependiente de fármacos. La verdadera salud no se encuentra en una receta médica, sino en la prevención real basada en la educación, la nutrición y los hábitos de vida saludables.