Vacuna Para las Gallinas: Otro Negocio Redondo Para las Farmacéuticas.

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ByTIVA

13 marzo 2025
Vacuna Para las Gallinas: Otro Negocio Redondo Para las Farmacéuticas.

El negocio de las vacunas no se limita a los seres humanos. Los animales destinados al consumo y aquellos que producen leche, huevos y otros productos alimenticios son altamente vacunados.

A continuación, una lista de las vacunas utilizadas en las aves ponedoras de huevo y productoras de carne:

  • Enfermedad de Newcastle – Protege contra un virus altamente contagioso que afecta el sistema respiratorio y nervioso de las aves.
  • Bronquitis Infecciosa – Previene una enfermedad viral respiratoria que puede reducir la producción de huevos.
  • Enfermedad de Marek – Protege contra un virus que causa tumores y parálisis en aves jóvenes.
  • Enfermedad de Gumboro (Bursitis infecciosa) – Ayuda a prevenir una enfermedad viral que debilita el sistema inmunológico de los pollos.
  • Viruela Aviar – Protege contra lesiones en la piel y las mucosas causadas por el virus de la viruela aviar.
  • Salmonella (S. enteritidis y S. typhimurium) – Previene infecciones bacterianas que pueden contaminar los huevos y la carne, afectando la salud humana.
  • Coccidiosis – Protege contra un parásito intestinal que afecta la digestión y el crecimiento.
  • Encefalomielitis aviar – Previene una enfermedad viral que causa temblores y afecta la postura de huevos en gallinas ponedoras.
  • Cólera aviar – Protege contra una infección bacteriana que puede causar alta mortalidad en aves adultas.

Las vacunas se administran a través del agua de bebida, aspersión, inyección o incluso en la incubadora, dependiendo del tipo de vacuna y la etapa de crecimiento del ave.

Actualmente, se está considerando una inversión de miles de millones de dólares para el desarrollo de una vacuna contra la gripe aviar. Sorprendentemente, estos fondos están destinados únicamente para el estudio de la vacuna, lo que demuestra la magnitud del negocio detrás de la industria de la vacunación animal.

Todo esto para bajar los costos de la producción de huevos, que se ha disparado debido al sacrificio de millones de gallinas. Al dar una prueba positiva, que bien podría ser un falso positivo, se sacrifica toda la granja completa. Estos protocolos han sido ampliamente cuestionados, ya que existen alternativas viables. Sin embargo, han provocado una escasez en la producción de huevos, algo que para muchos resulta demasiado conveniente.

Así, el gobierno, presionado por un público que exige la reducción en el precio de los huevos, termina invirtiendo dinero de las arcas públicas para que las compañías farmacéuticas desarrollen una vacuna. Curiosamente, algunos sostienen que esta vacuna probablemente ya existe, y que todo este proceso solo busca justificar su lanzamiento y asegurar su venta masiva.

Pero el negocio no termina ahí. Los granjeros, afectados por la crisis, serán subsidiados con dinero del gobierno para comprar estas vacunas y así calmar la presión social con una supuesta «solución» que nunca debió ser necesaria si desde el principio se hubiese actuado con transparencia y buena intención.

El verdadero problema viene después. Según expertos del propio gobierno y de la industria farmacéutica, hay un pequeño detalle que pocos mencionan: cuando se vacuna, se pueden generar mutaciones, algunas de las cuales podrían cruzar la barrera de especies y afectar a los seres humanos, sin contar el riesgo de la presencia de patógenos en los huevos. De hecho, si observamos las vacunas actuales aplicadas a las aves, esto podría estar ocurriendo en este mismo momento.

Para quienes se lucran con el negocio de las vacunas, esto no es un problema, sino una oportunidad de negocio. Porque si eventualmente un virus mutado afectara a los humanos, la solución ya estaría lista: una nueva vacuna, también financiada con dinero público, pero que engrosará los ingresos de las farmacéuticas.

Todo esto ocurre con el dinero de los ciudadanos, mientras las farmacéuticas siguen aumentando sus ganancias sin arriesgar nada. Si estas empresas son tan millonarias, ¿por qué no financian ellas mismas sus productos? ¿Por qué el gobierno usa fondos públicos para subsidiarlas, hacerles publicidad, asegurarles la venta y distribuir sus productos?

Quizás la respuesta esté en los políticos. ¿Acaso ellos también se benefician de este gran negocio? Son preguntas legítimas que muchos se hacen, pero que los medios tradicionales –que reciben dinero del gobierno y de la industria farmacéutica– jamás se atreverán a formular.

Es hora de despertar y ver cómo estas industrias inescrupulosas se enriquecen con el caos que ellas mismas generan, a costa del pueblo.

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