Trump firma orden ejecutiva para desmantelar el Departamento de Educación federal: una victoria para la libertad de los estados y los padres
Washington D.C., 20 de marzo de 2025 — En un movimiento histórico que resuena con las bases conservadoras de todo el país, el presidente Donald J. Trump firmó hoy una orden ejecutiva que inicia el proceso de desmantelamiento del Departamento de Educación federal, cumpliendo una promesa largamente esperada por millones de estadounidenses que abogan por el regreso del control educativo a los estados y a las familias.
«Durante demasiado tiempo, el gobierno federal ha usurpado el derecho de los padres a decidir cómo educar a sus hijos. Eso termina hoy», declaró el presidente Trump en una ceremonia desde la Casa Blanca. «Los burócratas de Washington no conocen mejor a nuestros hijos que sus propias familias o comunidades. Vamos a devolver la educación a quienes realmente les importa: los padres, los maestros locales y los gobiernos estatales.»
¿Qué significa esta orden ejecutiva?
La orden ejecutiva instruye al Secretario de Educación a iniciar un proceso de redistribución gradual de las funciones del Departamento hacia los gobiernos estatales, con el objetivo de eliminar completamente la dependencia federal en áreas clave como currículo, estándares educativos y asignación de fondos. Se establecerá una comisión especial para supervisar la transferencia de funciones y proponer enmiendas legislativas al Congreso para desmantelar completamente la agencia.
Los programas federales de subvenciones serán revisados y muchos serán convertidos en «block grants», es decir, fondos entregados directamente a los estados sin condiciones ideológicas impuestas desde Washington. Se espera que programas como «Common Core» y otras iniciativas centralizadas desaparezcan por completo bajo esta nueva visión.
Recuperando el control local y los valores tradicionales
Desde la creación del Departamento de Educación en 1979, los conservadores han advertido sobre la erosión del control local y el adoctrinamiento progresista impuesto a las nuevas generaciones. Esta medida representa un giro hacia la restauración de los valores tradicionales, el fortalecimiento de la soberanía estatal y el respeto por el derecho de los padres a decidir la educación de sus hijos.
«La educación se ha convertido en un campo de batalla ideológico donde el gobierno federal ha empujado una agenda izquierdista. Hoy, el Presidente Trump ha hecho justicia a millones de familias que quieren enseñar a sus hijos patriotismo, fe y responsabilidad», afirmó el senador Josh Hawley, quien aplaudió la orden ejecutiva como un paso «valiente y necesario».
Críticas esperadas de la izquierda
Como era de esperarse, líderes progresistas y sindicatos de maestros han reaccionado con histeria, alegando que la eliminación del Departamento pondría en riesgo la equidad y la «calidad educativa». Sin embargo, millones de padres conservadores ven esta medida como una oportunidad para liberar el sistema educativo del adoctrinamiento político y ofrecer alternativas como la educación en el hogar, escuelas privadas, religiosas y opciones de «school choice».
«Durante años nos dijeron que sin Washington no habría educación. ¡Mentira! Lo que no habrá más es imposición ideológica disfrazada de enseñanza. Esta es una gran victoria para la libertad», expresó la líder conservadora y madre de tres hijos, Rebecca Martinez, de Texas.
El camino hacia una educación verdaderamente libre
Este paso no sólo es simbólico, sino estructural. El objetivo final es devolver la autoridad educativa al nivel más cercano a las familias. Con esta orden, Trump se posiciona como el presidente que no solo habló de descentralización, sino que actuó con determinación para hacerla realidad.
Los próximos meses serán clave en el proceso de implementación, pero lo que ya es seguro es que una nueva era ha comenzado para la educación en América: una era de libertad, responsabilidad local y respeto por los valores que fundaron esta gran nación.