El Precio del Silencio: Incentivos, Vacunas y el Gran Negocio de la Pandemia

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ByTIVA

4 mayo 2025
El Precio del Silencio: Incentivos, Vacunas y el Gran Negocio de la Pandemia

El Precio del Silencio: Incentivos, Vacunas y el Gran Negocio de la Pandemia

Por la Redacción de Tiva TV

Durante la pandemia del COVID-19, se nos dijo que la prioridad era proteger la salud pública. Que las vacunas eran necesarias. Que todos debíamos cooperar. Sin embargo, detrás de la narrativa oficial se gestó una red de incentivos económicos, pagos ocultos y bonificaciones dirigidas a quienes ejecutaron la agenda oficialista, muchas veces a costa de la salud y la libertad del pueblo.

💰 Bonificaciones a médicos, hospitales y gobiernos

En Puerto Rico, el Departamento de Salud desembolsó más de un millón de dólares en pagos de incentivos a médicos, residentes y trabajadores de hospitales. A esto se sumaron fondos dirigidos a municipios y organizaciones para operar centros de vacunación, así como campañas de concientización masiva financiadas con dinero público.

En Estados Unidos, las cifras fueron aún más alarmantes. A través de programas federales como el HRSA COVID-19 Uninsured Program, el gobierno pagó a clínicas y farmacias por cada dosis administrada, sin importar las circunstancias médicas del paciente. Incluso canales de televisión y medios recibieron financiamiento federal para promover activamente la campaña de vacunación, muchos de ellos evitando reportar los riesgos o controversias legítimas alrededor del producto.

Mientras tanto, se exigía al pueblo cumplir con mandatos estrictos, donde la negativa a vacunarse podía significar perder el empleo, ser marginado socialmente, o ser acusado de «poner en riesgo a los demás».

🧪 Una campaña a favor de un producto experimental

Lo más preocupante es que toda esta maquinaria sirvió para promocionar lo que, al final del día, fue un producto farmacéutico experimental, autorizado bajo una emergencia sanitaria, sin cumplir los requisitos estándar de aprobación definitiva por parte de la FDA al momento de su lanzamiento.

Pero no se trató simplemente de salud. Se trató de negocios. La administración de Trump y luego la de Biden inyectaron miles de millones de dólares en fondos públicos a empresas como Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson. Estas compañías no solo recibieron el dinero del desarrollo, sino que también obtuvieron contratos multimillonarios garantizados sin competencia abierta, generando ganancias récord para la industria farmacéutica.

🏛️ El círculo cierra con el lobbying político

La ecuación no estaría completa sin mencionar el poder del lobby farmacéutico, que invierte cientos de millones de dólares al año en influenciar congresistas, gobernadores y agencias reguladoras. Muchos políticos que promovieron la vacunación como un deber moral recibían contribuciones directas o indirectas de estas empresas. Otros aprobaban fondos millonarios desde sus oficinas mientras la ciudadanía pagaba con su salud… y con sus impuestos.

⚠️ ¿Quién protegía al pueblo?

Lo verdaderamente grave no es solo que se pagara por vacunar. Es que se pagó para empujar un producto experimental mientras se callaban sus efectos adversos, se censuraba el debate, y se marginaba a quienes cuestionaban. ¿Qué clase de salud pública se construye con sobornos institucionalizados? ¿A quién le sirve una medicina impuesta bajo amenazas, mientras se recompensa a quienes ejecutan la imposición?

Hoy, mientras los gigantes farmacéuticos celebran sus ganancias históricas, miles de ciudadanos sufren secuelas físicas, emocionales y económicas. Y lo más indignante: lo hicieron con nuestro dinero, en nombre de nuestra protección, y con la complicidad de quienes debían defendernos.

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