Rastros de la vacuna ARNm en el cerebro quince meses después:
Un nuevo estudio japonés revisado por pares ha arrojado luz sobre un fenómeno que muchos expertos consideraban improbable: la persistencia de componentes de la vacuna de ARNm en el cerebro más de un año después de la aplicación. El artículo, titulado «Expresión de la proteína de la espiga del SARS-CoV-2 en las arterias cerebrales: Implicaciones para el accidente cerebrovascular hemorrágico después de la vacunación con ARNm» (Nakao Ota et al.), revela la presencia de ARN vacunal y proteína Spike en arterias cerebrales 456 días después de la inoculación.
Estos hallazgos ponen en tela de juicio narrativas oficiales y demandan una reevaluación seria de los posibles efectos a largo plazo de las vacunas de ARNm.
La proteína Spike, generada por el organismo tras la vacunación, ha demostrado tener la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica, un muro natural que protege al cerebro. Una vez dentro, puede unirse a los receptores ACE2 presentes en las células endoteliales, contribuyendo a daños vasculares que podrían explicar eventos como trombosis, hemorragias intracraneales o síndromes inflamatorios multisistémicos.
Esto no es especulación. Es evidencia científica revisada por pares.
Cuando la ciencia calla ante la presión de intereses ajenos a la verdad, lo que se pone en juego es la salud de millones. No se trata de sembrar pánico, sino de abrir los ojos y exigir rendición de cuentas. No hay verdadero progreso sin una ciencia libre de censura, abierta al debate y comprometida con el bienestar humano.
-
Estudio sobre la capacidad de la proteína Spike para atravesar la barrera hematoencefálica:
-
Investigación sobre la exacerbación de complicaciones cerebrovasculares por la proteína Spike:
-
Artículo sobre manifestaciones neurológicas asociadas a la vacuna contra COVID-19: