La historia de la humanidad está marcada por intentos de controlar la naturaleza. Desde la antigüedad se soñaba con “provocar la lluvia” para aliviar sequías o, incluso, con la idea de manipular el clima con fines estratégicos. En el siglo XX, ese sueño tomó forma científica: siembra de nubes, modificación atmosférica y programas militares que demostraron que alterar el tiempo es posible.
Pero, ¿qué ocurre cuando estas intervenciones locales tienen consecuencias globales? ¿Puede lo que sucede en Marruecos, Mali o Cuba afectar al Caribe? ¿Pudo haber influido en huracanes como María, que devastó Puerto Rico en 2017?
Este artículo recorre la historia, la ciencia y las «coincidencias» que abren una inquietante pregunta: ¿seguimos enfrentando desastres puramente naturales o ya estamos viendo un clima intervenido?
🌱 Primeros experimentos: África, Cuba y Puerto Rico como laboratorios del cielo
🇨🇺 Cuba: un pionero en el Caribe
Desde la década de 1980, Cuba realizó experimentos sistemáticos de siembra de nubes para combatir sequías en regiones como Camagüey.
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Entre 1982 y 1985, se llevaron a cabo ensayos aleatorizados con reactivos como yoduro de plata, liberados en nubes convectivas.
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El objetivo era inducir lluvias localmente, pero esos reactivos, una vez liberados, no se quedan en un solo sitio, sino que viajan en las masas de aire.
Décadas después, en agosto de 2017, justo antes del paso del Huracán María, Cuba anunció un nuevo programa de siembra auspiciado por Rusia, con aviones Yak‑42D que traerían tecnología moderna para estimular lluvias artificiales.
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Los preparativos se concretaron en septiembre de 2017, mientras el Caribe ya entraba en su temporada más activa de huracanes.
🌍 África: Marruecos, Mali y Burkina Faso
África es otro escenario clave:
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Marruecos mantiene desde 1999 el programa Al‑Ghaith, que solo entre 2017 y 2021 realizó 121 operaciones de siembra con yoduro de plata y sales higroscópicas.
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Mali (2007) y Burkina Faso (1998) desarrollaron campañas nacionales para proteger cultivos de sequías recurrentes.
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Sudáfrica, con el experimento SAREP (1997–2000), demostró que nubes convectivas podían duplicar la lluvia al liberar partículas salinas.
En todos estos casos, se usaron reactivos que permanecen en suspensión en la atmósfera, integrándose a masas de aire que luego son transportadas por los vientos alisios. Y es precisamente desde África de donde parten las ondas tropicales que se convierten en huracanes del Caribe.
🇵🇷 Puerto Rico: un antecedente olvidado
En 2017, en Puerto Rico no hay registros «oficiales» de campañas activas de siembra de nubes para inducir lluvia. Sin embargo, hay antecedentes importantes que muestran que esta tecnología sí se evaluó en la isla en años previos:
✅ 2015 – Proyecto piloto de siembra en embalses
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La Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) contrató a la empresa estadounidense SOAR (Seeding Operations & Atmospheric Research) para realizar vuelos de siembra de nubes sobre los embalses La Plata y Carraízo.
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Cada avión estaba equipado con bengalas de cloruro de calcio y yoduro de plata para estimular lluvias.
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El contrato costaba alrededor de $66,500 mensuales y fue supervisado por profesores de la Universidad de Puerto Rico, quienes evaluaban su efectividad usando modelos meteorológicos como TITAN.
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Este programa se ejecutó en medio de una sequía severa en 2015 y duró varios meses.
✅ Después de 2015
No hay evidencia pública de que se haya continuado «oficialmente» con el programa. Para 2017, cuando ocurrió el Huracán María, no se ha encontrado documentación que indique que Puerto Rico estuviera sembrando nubes activamente, pero si ocurrió en áreas tan cercanas como Cuba.
☁️ Microfísica de las nubes: cómo un aerosol puede alterar el clima a miles de kilómetros
Para que una nube se forme, no basta con vapor de agua. Se necesitan núcleos de condensación, pequeñas partículas que sirven de “semillas” para que el vapor se condense.
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CCN – Núcleos de condensación de nubes (Cloud Condensation Nuclei)
Permiten la formación de gotitas de agua.
Ejemplos: polvo mineral del Sahara, sales marinas, sulfatos… y cloruro de calcio o sodio usados en siembra de nubes. -
IN – Núcleos de hielo (Ice Nuclei)
Actúan en temperaturas bajo cero, formando cristales de hielo.
Ejemplo: yoduro de plata (AgI), el reactivo más usado en siembra.
Cuando estos reactivos se liberan en un experimento de siembra no desaparecen después de provocar la lluvia. Muchos quedan suspendidos, atrapados en masas de aire que luego son transportadas por corrientes atmosféricas.
🌬️ Viajes transatlánticos: de Marruecos al Caribe en una semana
La atmósfera funciona como una autopista global:
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Los vientos alisios del noreste, en latitudes tropicales, cruzan el Atlántico desde África hacia el Caribe en solo 5 a 7 días.
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Este es el mismo mecanismo que transporta cada año 100-200 millones de toneladas de polvo del Sahara a Puerto Rico, República Dominicana y América Central.
Si el polvo natural puede llegar tan lejos, también lo pueden hacer los aerosoles artificiales como yoduro de plata o sales higroscópicas liberadas en Marruecos o Mali.
💧 ¿Qué pasa cuando llegan a nuevas regiones?
Cuando estos aerosoles alcanzan otra región, como el Caribe:
✅ Aumentan la cantidad de núcleos de condensación disponibles, cambiando el tamaño y distribución de las gotas de nube.
✅ Alteran la estructura de tormentas tropicales, haciéndolas más inestables.
✅ Prolongan la vida de las nubes, permitiendo que acumulen más energía antes de descargar lluvia.
En modelos atmosféricos, la presencia extra de núcleos de hielo puede fortalecer la convección en sistemas tropicales, afectando su evolución.
Esto significa que un reactivo liberado para provocar lluvia en África puede, modificar las nubes que más tarde alimentan huracanes en el Atlántico.
🛰️ Programas militares: Stormfury, Popeye y HAARP
La idea de manipular huracanes y lluvias no es nueva ni hipotética.
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Proyecto Stormfury (1962–1983)
EE.UU. intentó debilitar huracanes como Debbie y Beulah, arrojando yoduro de plata en sus bandas externas para reorganizar su energía. Los resultados fueron inconsistentes, pero demostró que se puede intervenir la microfísica de un ciclón. -
Proyecto Popeye (1967–1972)
Durante la Guerra de Vietnam, se sembraron nubes para prolongar lluvias e inundar rutas enemigas, logrando retrasar suministros militares. Fue la primera vez que la siembra de nubes se usó como arma táctica. -
HAARP (High-frequency Active Auroral Research Program)
Instalado en Alaska, con transmisores de alta frecuencia capaces de calentar regiones de la ionósfera, alterando corrientes atmosféricas. Aunque oficialmente es “investigación -
científica”, patentes militares como la US 4686605 describen métodos explícitos para modificar el clima usando ondas electromagnéticas y partículas.
Estos antecedentes prueban que la tecnología para alterar el clima existe desde hace décadas y que ha sido usada con fines militares.
⚡ ¿Cómo podría HAARP interactuar con aerosoles y huracanes?
HAARP no “crea huracanes”, pero puede modular el ambiente atmosférico donde se desarrollan. Así podría interactuar en un escenario como el de María:
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Aerosoles como medio conductor
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Los reactivos liberados en campañas de siembra (yoduro de plata, sales higroscópicas) aumentan la conductividad eléctrica de la atmósfera, facilitando que las ondas electromagnéticas tengan mayor efecto.
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Modificación de la estabilidad atmosférica
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HAARP, calentando selectivamente la ionósfera, puede alterar presiones y vientos en altura, reduciendo la cizalladura vertical que normalmente debilita los huracanes.
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Potenciación de sistemas ya formados
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Si un ciclón tiene las condiciones naturales para intensificarse (océano cálido, humedad abundante), pequeñas alteraciones en la dinámica atmosférica pueden prolongar su fase de intensificación rápida o redirigir su trayectoria.
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En conjunto, los aerosoles siembran el medio y HAARP puede actuar como modulador, amplificando o debilitando fenómenos según la intención.
🌀 Huracán María: la intensificación explosiva
En septiembre de 2017, mientras África realizaba campañas de siembra y Cuba preparaba experimentos con apoyo ruso, en el Atlántico se formaba el Huracán María. Su desarrollo fue inusualmente rápido:
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16 de septiembre – Era una simple tormenta tropical.
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17 de septiembre – Se convirtió en huracán categoría 1 al este de las Antillas Menores.
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18 de septiembre (mañana) – Alcanzó categoría 3, considerado “huracán mayor”.
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18 de septiembre (noche) – Se intensificó explosivamente a categoría 5, con vientos de 280 km/h y presión mínima de 908 hPa.
En menos de 30 horas, María duplicó su potencia, convirtiéndose en uno de los huracanes más intensos del Atlántico.
🔬 ¿Qué condiciones «naturales» lo permitieron?
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Océano extremadamente cálido – El Atlántico tropical tenía temperaturas superiores a 29 °C, con calor oceánico profundo.
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Cizalladura mínima – No había vientos fuertes en altura que lo debilitaran.
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Humedad abundante – La atmósfera estaba cargada de humedad tropical.
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Estructura interna eficiente – Desarrolló un ojo pequeño y simétrico, ideal para intensificación rápida.
En términos meteorológicos, María encontró un “escenario perfecto” para su desarrollo.
🌪️ La temporada de huracanes de 2017: un año excepcional
Para entender el contexto de María, hay que ver el marco general de 2017, una de las temporadas más activas y devastadoras de la historia reciente:
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17 tormentas nombradas, de las cuales 10 se convirtieron en huracanes y 6 alcanzaron categoría mayor (3 o más).
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Harvey, Irma y María, tres huracanes catastróficos, se formaron en el mismo periodo, algo extremadamente raro.
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Irma mantuvo vientos de 295 km/h durante 37 horas, un récord en el Atlántico.
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Ophelia, un huracán categoría 3, llegó a impactar Irlanda, un fenómeno inusual en Europa.
Las condiciones que favorecieron esta temporada fueron:
✅ Atlántico tropical extremadamente cálido.
✅ Vientos en altura muy débiles, poca cizalladura.
✅ Aire muy húmedo y poca intrusión de polvo sahariano.
✅ Ondas tropicales muy organizadas saliendo de África.
El índice de energía ciclónica acumulada (ACE) fue casi tres veces superior al promedio, confirmando que fue una temporada hiperactiva.
En total, la temporada 2017 dejó más de 3,300 muertes y 294 mil millones de dólares en daños, siendo la más costosa en la historia del Atlántico.
En este escenario explosivo, María no fue un evento aislado, sino parte de un año en que la atmósfera estaba sobrecargada de energía y condiciones favorables para huracanes extremos.
❓ ¿Pero fue solo naturaleza?
La coincidencia temporal genera preguntas:
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África liberaba aerosoles por campañas de siembra (Marruecos, Mali, Burkina Faso) justo en la temporada de formación de ondas tropicales que luego se convierten en huracanes.
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Cuba anunciaba un programa de siembra con aviones rusos en septiembre de 2017, mientras María nacía.
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Puerto Rico ya había experimentado con siembra en 2015, demostrando que la tecnología estaba disponible en la región.
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HAARP y patentes militares ya habían demostrado que es posible alterar la dinámica atmosférica.
¿Podrían los aerosoles africanos o caribeños haber alterado la microfísica de las nubes que alimentaron a María? ¿Pudo una combinación de intervenciones remotas, condiciones naturales extremas y tecnologías como HAARP potenciar la hiperactividad de toda la temporada 2017?
No hay pruebas concluyentes. Pero tampoco hay investigaciones que lo descarten.
✅ Conclusión: un cielo sin fronteras
La atmósfera es un sistema global e interconectado. Lo que se libera en Marruecos, Mali, Cuba o incluso Puerto Rico no se queda allí:
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Los reactivos artificiales viajan con los vientos alisios, igual que el polvo del Sahara.
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Esos aerosoles pueden convertirse en núcleos de condensación para nubes en otras regiones.
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Sumados a un océano cálido y a la dinámica natural, pueden amplificar fenómenos como huracanes.
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Y si se suma una tecnología moduladora como HAARP, el potencial de intervención va más allá de lo local.
Huracán María fue, sin duda, un fenómeno natural extremo. Pero la historia de la siembra de nubes, los experimentos militares y la ciencia de los aerosoles nos recuerdan que el cielo ya no es totalmente “natural”.
Fuentes consultadas
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NOAA y National Hurricane Center. Informe oficial del Huracán María (2017) y archivo histórico del Proyecto Stormfury.
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Audiencias del Senado de EE.UU. (1974) sobre el Proyecto Popeye y el uso militar de la siembra de nubes en Vietnam.
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Patente estadounidense US 4686605, registrada en 1987, que describe métodos para alterar la atmósfera con ondas electromagnéticas.
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Revista Cubana de Meteorología (1986) – Experimentos de siembra de nubes convectivas en Camagüey.
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Ministerio de Agua y Bosques de Marruecos (2019) – Programa Al-Ghaith: operaciones de siembra de nubes en Marruecos (2017–2021).
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Programa Sudafricano SAREP (1997–2000) – Resultados de siembra higroscópica en nubes convectivas de Limpopo.
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Estudios de Prospero (1999) sobre transporte transatlántico de polvo africano y su impacto en el Caribe.
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Investigación de Twohy et al. (2017) – Saharan dust and cloud microphysics: Implications for Atlantic hurricane development, publicado en Atmospheric Chemistry and Physics.
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Begich y Manning (1995) – Angels Don’t Play This HAARP, análisis de tecnologías de modificación climática.