Por José Joe Vargas | Tiva TV | 26 de octubre de 2025 – San Juan, Puerto Rico
Mientras los medios corporativos, en artículos aparentemente encargados por sus auspiciadores de la industria farmacéutica, reportan un aumento en las exenciones a la vacunación en Puerto Rico —donde sus “expertos” califican esta tendencia como un “riesgo real” para la salud pública—, emerge una narrativa mucho más compleja desde el núcleo de las familias del país.
Este incremento no es producto de desinformación, sino todo lo contrario. Esta tendencia está impulsada por testimonios de pacientes que han sufrido efectos adversos graves tras recibir vacunas de ARNm, como las de Pfizer y Moderna, así como por la censura sistemática de numerosos estudios clínicos que alertan sobre los peligros de estas vacunas.
Además, pediatras que temen represalias profesionales en ocasiones recomiendan exenciones religiosas en lugar de emitir exenciones médicas personalizadas, ocultando vulnerabilidades reales de estudiantes a productos que han demostrado riesgos incluso para personas sanas.
Lo más relevante es que existe un incremento significativo en las exenciones médicas contra la vacunación, presentadas en las escuelas. Empleados del Departamento de Educación a nivel central, bajo confidencia, han dicho que las exenciones de vacunas por motivos médicos se han más que duplicado en los últimos años. Sin embargo, el Departamento de Educación no ha hecho públicos estos datos, manteniendo esta información fuera de la discusión y escrutinio público.
Este aumento exponencial comenzó con la imposición de la vacunación obligatoria contra el COVID-19, impulsado por un creciente número de testimonios de padres que reportan enfermedades emergentes en sus hijos tras la administración de vacunas de ARNm. Este fenómeno coincide con un incremento alarmante en el desarrollo de enfermedades cardíacas en niños, con cientos de casos que no eran comunes antes de la vacunación masiva con la tecnología de ARNm.
Estudios clínicos y evidencia científica
Estudios clínicos han documentado un riesgo elevado de miocarditis y pericarditis en adolescentes y adultos jóvenes, particularmente varones, tras la segunda dosis de vacunas mRNA, con tasas de hasta 50-139 más casos por millón en niños de 12-17 años.
Una revisión sistemática en Immunology and Inflammation Diseases (2023) detalló complicaciones cardiovasculares, incluyendo miocarditis, en poblaciones pediátricas post-vacunación. Asimismo, un estudio multicéntrico en eClinicalMedicine encontró lesión miocárdica común en adolescentes varones tras la segunda dosis de Pfizer.
Reportes de Children’s Health Defense han señalado un aumento en eventos adversos cardíacos en menores tras la vacunación masiva, respaldando los testimonios de padres en Puerto Rico. Estos hallazgos subrayan la gravedad de los riesgos, que los médicos locales vinculan directamente al aumento de exenciones médicas, aunque la falta de transparencia del Departamento de Salud sobre este tema dificulta una evaluación que permita crear protocolos de seguridad médica para aquellos que optaron por vacunarse.
Tendencia global y paralelismo con Puerto Rico
Datos nacionales reflejan un aumento en las exenciones a vacunas entre niños de kínder en EE.UU., pasando del 3.3 % al 3.6 % para 2024-2025, una tendencia que Puerto Rico comparte.
Los reportajes que alertan sobre supuestos brotes como el sarampión omiten el factor clave: testimonios de pacientes y censura de evidencia científica que demuestra que los efectos adversos son aún más peligrosos que la enfermedad que las vacunas pretenden mitigar.
Además, el alegado aumento de sarampión en Puerto Rico no se refleja en escuelas ni hospitales, lo que despierta sospechas de manipulación de datos, similar a lo ocurrido durante la pandemia con muertes clasificadas erróneamente como COVID-19.
Vistas públicas y testimonio de médicos locales
En vistas públicas de 2023, médicos y pacientes presentaron evidencia contra la vacunación obligatoria. Profesionales como la Dra. Rosalina Valcárcel-Ruiz, el Dr. Rafael Iriarte, y el Dr. José Cintrón Príncipe describieron complicaciones cardíacas, sangrado menstrual excesivo, dolor crónico y problemas motrices.
También médicos llevaron a pacientes, quienes sufrieron derrames cerebrovasculares y otros problemas que afectaron permanentemente su movilidad como producto de las vacunas. En la vista, donde se presentó evidencia médica y científica, instaron a detener la inoculación obligatoria en niños. Estos testimonios, ignorados por los medios corporativos, han impulsado solicitudes de exenciones en familias que desean proteger a los más vulnerables.
Riesgos reconocidos por agencias internacionales
La literatura científica refuerza estas preocupaciones.
Un estudio en Reino Unido identificó un mayor riesgo de hospitalización por miocarditis y pericarditis dentro de los primeros siete días tras dosis de ARNm en varones menores de 40 años. Otro análisis estimó un exceso de 2.7 casos de miocarditis por cada 100 000 vacunados.
Además, la FDA actualizó advertencias al reconocer hasta 27 casos por millón de dosis en varones de 12 a 24 años en el periodo 1-7 días. Estas cifras contradicen la narrativa de riesgo “mínimo”.
Censura, miedo profesional y desconfianza institucional
En Puerto Rico, esta información circula mayormente en redes sociales o en medios independientes como TiVaTv, debido a la marginación mediática creada por los auspiciadores, quienes solicitan a los medios corporativos que se esconda la información contra la vacuna.
Esta situación ha llevado a familias a buscar exenciones, en su mayoría religiosas, como vía para proteger a niños con condiciones médicas que los pediatras no documentan oficialmente.
El resultado es una crisis de confianza donde las instituciones parecen priorizar intereses corporativos sobre la seguridad de los pacientes.
Conclusión
Aunque los medios critican el aumento de exenciones, ignoran la causa real: el ocultamiento de riesgos, las vistas de 2023, demandas contra Pfizer por ocultar miocarditis y complicaciones en embarazos, y el temor de médicos a represalias.
Mientras exista un aumento en problemas de salud provocados por las vacunas, aún con la insistencia de los medios, no podrán reducir la solicitud de exenciones, la cual es la única vía que proteja la salud de los niños ante la desinformación médica que promueve el Departamento de Salud y Educación sobre las vacunas y sus efectos adversos.