Por TIVA TV | Opinión
Octubre para algunos es el mes de los fantasmas, las calabazas y los disfraces. Pero este año, entre telarañas plásticas y esqueletos de cartón, también han reaparecido figuras que muchos pensaban que ya habían quedado en el pasado: el Dr. Carlos Mellado, la Dra. Iris Cardona y la Dra. Antonia Coello de Novello.
Como disfraces viejos sacados del ático solo para la temporada, regresan usando las mismas frases de hace años para promover la vacunación: apelando al miedo, a la amenaza y a los escenarios apocalípticos. Pretenden revivir narrativas que ya no asustan, como si resucitaran zombies mediáticos.
👻 El Mismo Guion de Siempre: “Vacúnate… o prepárate para el susto”
Así como en Halloween se escucha el famoso “truco o trato”, ahora el mensaje parece ser:
“Vacúnate… o sufriremos las consecuencias.”
Pero la diferencia es que el público ya no compra el libreto. El temor no funciona como antes y las promesas de protección total—ese supuesto “dulce”—han demostrado ser, en muchos casos, caramelos venenosos.
🕯 Narrativas que Hoy Parecen Fantasmas
Estas viejas figuras públicas han desempolvado frases que alguna vez generaron obediencia, pero que hoy se sienten como ecos en una casa abandonada:
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“Si no te vacunas, pondrás en peligro a tu familia.”
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“Las camas de hospital se llenarán de no vacunados.”
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“La responsabilidad social exige vacunarse.”
Hoy, esas advertencias se sienten como fantasmas sin fuerza, repetidas sin sustancia ni credibilidad, y hasta gracia dan.
🕸 Un Pueblo que Despertó
La diferencia hoy es simple pero poderosa:
la gente investiga, compara, pregunta, y ya no teme cuestionar. No se trata de rechazo a la ciencia, sino de rechazo a que la ciencia se utilice como máscara para el control.
🎃 Conclusión: Halloween Pasará, el Miedo También… pero el Desespero Ya se Nota
Que estas figuras regresen justo en octubre, como espectros reviviendo viejas campañas, no es casualidad. Es síntoma de desespero.
El desespero de quienes han construido prestigio, poder y comodidad sobre la comercialización de la enfermedad y el miedo.
El desespero de ver cómo el público deja de asustarse y con ello se desvanecen los contratos, asesores, conferencias, invitaciones oficiales y lujos que durante años acompañaron esta narrativa sanitaria.
Esto demuestra que se trata solamente de preservar un sistema económico y político sustentado en mantener a la población atemorizada y obediente.
Por eso, este octubre, la respuesta del pueblo es clara:
“Gracias, pero NO. Quédense guardados en el baúl del olvido y enterrados en el pasado vergonzoso.»